Una si, y una no
Circe esta de nuestra parte, nos ha advertido de todos los peligros a los que nos tenemos que enfrentar e ingeniar, un poco de inseguridad si me han dado, pero no nos podemos rendir, hay que seguir, así que nos pusimos en marcha. El primer obstáculo, fue la isla de las sirenas, sus cantos son mortales, pero yo, bien cabezón que soy, necesitaba escucharlos, así que decidimos entre todos, y la cosa quedó en que me ataron al mastil y me quedé escuchando mientras que mis compañeros se taparon los oídos con cera para protegerse. Salimos vivos de ahí, todos, pero el problema se aproximaba, teníamos que pasar por el estrecho, de Escila y Caribdis, en ese momento mi cabeza dejó de pensar en mi querida familia de Ítaca, y se puso a pensar y reflexionar. Sinceramente, fue complicado, hasta que llegué a la conclusión, de que Caribdis, probablemente nos destrozaría, en cambio Escila, podríamos sobrevivir, aunque saliéramos sin algunos hombres...mmmmm...
He de decir que he dejado esta página de mi diario a medias, por que tenía hambre, así que continuo, total, que al final, hicimos aquello, pasamos por Escila, y salimos de ahí exactamente, -6 muchachos... aquello fue una decisión dificil, pero esa era la mas lógica elección. Más tarde llegamos a la isla del ganado del Sol, ahí recuperamos fuerzas y comimos bastante bien, refugiandonos del mar, y descansando, lo necesitabamos. Cuando el mar se tranquilizó, pusimos en marcha nuestro barco, lo mas triste de esto, es que por desgracia nos castigaron de nuevo, y mi tripulación quedo a cero, me ha rimado esa frase, bueno que me voy del tema, yo fui el único que quedé con vida, con mis últimas fuerzas, logré llegar a la isla de la ninfa Calipso,
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